Barrios no-fundacionales : #patrimonio para la #justiciasocial #editorial

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En el bloque temporal abril/mayo es eminente el bullicio en el establishment patrimonial para celebrar sus saturnales ( celebración romana por el renacimiento del año) nacionales desplegando la serie de artilugios para generar audiencias e impactos en agendas de prensa. No obstante, es mínima la reflexión-acción para enfrentar la práctica de las institucionalidades culturales para producir la segregación social de que son parte.

Al observar los datos que entrega el Atlas Social del Ministerio de Desarrollo Social sobre las áreas con manifestaciones de Vulnerabilidad Social en el caso de Viña del Mar triangulados con la información de inversión en infraestructura cultural en la comuna, se puede delimitar claramente, un fenómeno de larga data que se puede alegóricamente denominar como picarón invertido , pues la institucionalidad cultural queda restringida al centro de la ciudad (geografía colonial) y es inversamente proporcional a las pobrezas. Además, es interesante que dicho fenómeno se reproduce en la macroestructura (van Dijk) de las prácticas discursivas de lo patrimonial por medio de formulas como barrios fundacionales, barrios fundantes y otras similares instala la concepción de la identidad cultural contenido por lo pretérito, el espacio urbano consolidado, lo acomodado y el tiempo lineal, invisibilizando las culturas desde lo pacha , producción de tiempo estudiada por Silvia Rivera Cusicanqui que se caracteriza por integración del espacio-tiempo en términos de multitemporalidad presente/pasado/futuro.

un fenómeno de larga data que se puede alegóricamente denominar como picarón invertido , pues la institucionalidad cultural queda restringida al centro de la ciudad (geografía colonial) y es inversamente proporcional a las pobrezas.

Conjuntamente hay que considerar la complejidad del uso como categoría cultural de patrimonio, pues es una emergencia de una autoridad no aceptada voluntariamente (lo padre) y de un saber único (lo uno), obstaculizando las agencias colectivas hacia el Derecho a la Ciudad.

En dicho sentido, superando axiomas que asocian solo a la pobreza a cuestiones de la teoría del valor y a la cultura a cuestiones del contenido, diluir procesos de segregación social en la Ciudad implica esfuerzos combinatorios entre actividades de identidad cultural, intervención comunitaria, acción territorial y participación ciudadana activa. Cuando sujetas, sujetos y sujetos son tomados como protagonistas del quehacer cultural se disparan una serie de procesos que aumentan su interacción social, la toma de conciencia de lo que impide su buen vivir y asumir la solución colectiva como herramienta de cambio social. No dejar atrás la distinción, en el ámbito cultural, fundante/no-fundante constituye alejarse de la combinatoria que deconstruye la reproducción de las estructuras de pobrezas y exclusiones.

El autor es Licenciado en Trabajo Social.

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